En esta boda en Domecq el feeling con Laura y Alberto superó las expectativas.
Uno tiende a pensar que las cosas van a salir bien. Al menos yo, que suelo ser optimista. Con Laura y Alberto y su boda en Domecq estaba seguro de que iba a ser así. Lo que no sabía cuando firmamos el contrato casi un año antes es que desde la experiencia de su pre boda iba a surgir con ellos una relación tan especial.
Ya he hablado en alguna ocasión del feeling, de la confianza que sería ideal tener con el fotógrafo el día de vuestra boda… Y esta pareja ha sido un ejemplo en ese sentido. No se por qué pasa. Pero pasa. Llámalo química, llámalo como quieras. Para mi no sólo ha sido un placer conocerlos y trabajar con ellos, sino que intuyo que con su boda en Domecq dejamos de ser fotógrafo y clientes para ser algo más. El tiempo lo dirá.
Así que hoy os traigo el resultado de aquella calurosa tarde de verano. Un puñado de fotografías en las que se muestran tal y como son. Una pareja divertida a la vez que tímida. Una chica preciosa y callada y un tío de los que siempre tienen una sonrisa en la cara y una ocurrencia por contar. De verdad que son dos personas a las que merece la pena conocer. Y yo he tenido esa suerte.
Qué queréis que os diga. Yo disfruté como un enano en su boda porque vi como disfrutaban ellos y sus invitados. Y porque fue una boda diferente. Una boda a su manera, organizada por los amigos de Barlovento Catering. Hoy os dejo estas fotos y dejo de aburriros con palabrería. Sólo me queda desearles lo mejor a mis amigos. ¡Qué seáis muy felices chicos!