¿Qué hace que una boda tenga encanto? Para mi hay una clave… Que la pareja sea encantadora. Y Gema y Jose lo son.
La jornada comenzó a primera hora de la tarde de un caluroso día de julio. Hacía más de un año y medio que me había sentado con los novios para cerrar el contrato. Y parecía que había sido ayer. Pero ya el novio estaba vistiéndose y yo intentando capturar esos momentos tan íntimos.
El día que hicimos el reportaje de preboda en Sevilla me ganaron definitivamente para su causa. Creo que ya os lo conté. Se trataba de pasear y ser naturales, y lo hicieron tan sencillo que en ese mismo instante supe que el día de la boda todo iría sobre ruedas.
En casa de la novia todo estaba más tranquilo de lo que esperaba. Rodeada de su familia y de sus damas de honor, Gema estaba radiante. Sonriente, se dejaba hacer mientras la peinaban y maquillaban. Dentro de muy poco comenzaría todo.
Y llegó el turno de las emociones
Gema y Jose no se casaron en una iglesia cualquiera. Se casaron en la iglesia en la que han vivido los momentos más mágicos de sus vidas. Una boda en la Parroquia de Fátima no es lo más habitual. ¿Pero para qué buscar una iglesia monumental? Allí tenían todo lo que buscaban. A su Cristo y a su Virgen. Su hermandad. ¿Qué más podrían necesitar?
Y si ya era una boda con encanto por todo lo que os he contado… Cuando llegamos a hacer la sesión de fotos al Palacio de Virrey Laserna apareció el embrujo. Una vez más tuve el placer de hacer un reportaje de novios en una casa en la que siempre me reciben con los brazos abiertos.
Ya sólo quedaba disfrutar con la familia y pasarlo bien. Comer, beber y bailar toda la noche. Yo los dejé bailando y apurando las últimas horas de su gran día. Rodeados de la gente que los quiere y con una sonrisa en los labios. Recién casados y felices. ¿Imagináis estar mejor? Yo no…